La salud energética de los lugares que habitamos o en los cuales pasamos mucho tiempo, es fundamental para evitar una influencia negativa en nuestro propio sistema energetico.
Cuando hablamos de contaminación energética nos referimos a la energia -en este caso, negativa- que producimos todas las personas y que inevitablemente quedan adheridas en paredes, techos, objetos que tocamos, ropa que vestimos, etc.
Esto es particularmente notable en lugares muy transitados (colectivos, negocios, fábricas), y en especial, en aquellos asociados a sufrimiento,conflictos, tristezas, culpas, como pueden ser hospitales, consultorios psicológicos, salas velatorias, etc.
Toda esta carga energética tiene su influencia en los seres humanos e incluso en los materiales de construcción de los inmuebles. No son raros los casos en los que las paredes se rajan, los vidrios se rompen colocados o las plantas se debilitan tanto que finalmente se secan.
Cuando compramos o alquilamos una casa o un local también estamos adquiriendo la energía de los habitantes anteriores y de toda aquella gente que pasó por el lugar, por lo tanto, si queremos darle nuestra propia energía al lugar, lo lógico es primero vaciarlo energéticamente y comenzar nuestro proyecto con una energía renovada.
A través del empleo de elementos tales como péndulos y cristales programados con Reiki, se logra hacer diagnósticos precisos del estado energético de las casas para proceder luego a limpiar estos residuos de energía con Reiki y de esta manera generar ambientes más sanos para todos los seres vivos y para una mejor conservación del mismo inmueble.
